Reina de la Belleza


Ante esta fotografía me he quedado mudo... Entiendan que no comente nada más, ¿para qué?. Esta foto no necesita comentarios, Ella ya lo dice todo...

Portadas de nuestros boletines

Para el Boletín de Adviento del año 2008 se escogió una hermosa fotografía realizada en la Parroquia de Santa Ana, donde aparecían nuestra Virgen de la Esperanza y nuestro Cristo de las Tres Caídas en vísperas de su procesión extraordinaria con motivo del IV Centenario fundacional de la Hermandad de las Tres Caídas.

Estampas de mi Barrio


La calle Betis adopta su nombre por acuerdo municipal del 8 de julio de 1859. Anteriormente se denominaba "Orilla del Río" y tal como se puede apreciar, no hace falta explicar por qué. No en vano, cuando llovía más de la cuenta, el Guadalquivir llamaba a las puertas del vecindario y sin permiso se colaba hasta el salón...

Los contras de ser la Virgen más Guapa de Sevilla.

Y Dios hizo la Belleza...
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Cuando quieran hablar, conversar o intercambiar pareceres y vivencias en torno a las Cofradías de manera apacible y sana les daré un consejo: no habituen los foros cofrades que abundan en internet. Puede acabar perjudicado o dañado en el corazón y posiblemente busque "venganza" sentimental atacando de la misma forma a lo que nunca debemos atacar si nos consideramos buenos cofrades y amantes de nuestra Semana Santa en su totalidad: a las Imagenes. Porque si no, puede que nosotros mismos nos convirtamos en la nueva generación de gentuza que arrasó con los templos de nuestra ciudad en 1936, como aquellos ineptos que atacaron a la Estrella el Jueves Santo de 1932 o los que se ensañaron con el templo de San Julián poco después, ese mismo año.
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La Semana Santa sevillana es más fragil de lo que nos podemos pensar. De hecho bastan 4 gotas de lluvia para que una Cofradía no salga, por no citar los acontecimientos acaecidos en la Madrugada del año 2000. Y es que, incidiendo en su fragilidad, debemos tener cuidado, mucho cuidado, con los tiempos que vienen, porque posiblemente el peor mal que pueda acechar a la Semana Santa radique dentro de la misma. Atención a esta generación de personas que se introducen en las Cofradías con el único objetivo de fomentar rivalidades inexistentes entre Hermandades, de alimentar antagonismos infundados y la desunión entre personas, entre cofrades, entre Corporaciones desde dentro mismo de ellas, como si fueran autenticos virus. Reparemos en esto, porque el peor cáncer puede estar y está dentro mismo de las Hermandades. Y mucho cuidado porque estas personas que se introducen en las Cofradías para crear divisiones y separatismos atacan con muy mala fe y con una doble moral que alcanza el grado de surrealista a nuestros puntos debiles: nuestras devociones.
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En los foros se pueden leer autenticas barbaridades e incluso frases dificiles de reproducir u opiniones imposibles de digerir. Ser trianero y de la Esperanza ha conllevado históricamente muchos padecimientos de este tipo, y quizás por ello, ya en el siglo XXI, la inmunidad se ha hecho fiel aliada en estos campos pantanosos. Que si las flores...que si el andar de nuestros pasos... que si la medalla de la ciudad... que si la Virgen está muy retocada... Miren, a nosotros nos da igual todo porque todo se hace con amor y según dictan los principios de nuestra personalidad cofradiera. Y en cuanto a la Virgen... ¿De verdad creen que nos importa quién hiciera a nuestra Esperanza?. ¿De verdad creen que nuestra fe y nuestro amor se deben a la firma que se esconda tras su autoría?. ¿Que adoramos al escultor o a la Madre de Dios?. Quizás sean ustedes quienes adoren más a lo material y a lo humano que a lo divino y necesiten creerse que su Imagen sea de un escultor del siglo XVII para poderse creer algo y venerar con sentido a una talla.
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A nosotros, creanme, no nos importa quien crease el rostro de la Esperanza, porque a través de los tiempos la hemos amado más y más si cabe. Si su autor fuera Astorga, Ordoñez o Lastrucci, ni nos agobia, ni puede entretener nuestro corazón a la hora de vertir el amor que le profesamos a nuestra Esperanza. Cuando la miramos... Es tan sumamente bella, que no existe el tiempo en su contemplación. ¿Creen que nos vamos a detener en quien la hiciera?. Ni siquiera el fuego pudo detener los cauces de su Hermosura, en palabras del padre Cué, "más bonita cada día, más bonita cada día" ¿creen que a nosotros nos quita el sueño quien la hiciera?. ¿Creen que nuestro amor se basa en las manos de quien la talló?. ¿Creen que si su escultor no nos fuera simpatico dejaríamos de amarla?. ¿Creen que los presos del Pópulo se paraban a pensar en quién hizo tan hermosa Efigie para cantarle sus saetas?. ¿Creen que los barcos que atracaban en el Guadalquivir para iluminar su paso por el Puente necesitaban saber quién la hizo?. ¿Creen que Font de Anta o López Farfán necesitaron contrastar la autoría de tan bello rostro para componerle sus marchas procesionales?. ¿Creen que al mudo de Santa Ana le hace falta saber quién labró a su Esperanza para gritarle guapa sin voz?. ¿Creen que a Fernando le importaba saber quién hizo a su Madre cuando componía su amoroso refregador?. ¿Creen que Florencio Quintero o José María Rubio necesitaban saber su autoría para componerle los versos más bellos?. ¿Creen que a las nubes les importaron saber quién hizo tan soberano rostro para dejar de llover aquella Madrugá de 2004?. ¿Creen que a Juan Pablo II le importó conocer quien concibiera tan divina efigie para ofrecerle su Coronación Canónica?... ¿No ven que a quien les está quitando el sueño es a ustedes que, en el fondo, no pueden dejar de pensar en Ella?...
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A lo largo del siglo XX se ha silenciado todo lo posible la grandeza que ha rodeado a nuestra Esperanza. Sin embargo, con el monopolio de la información desintegrado gracias a las nuevas tecnologías, las censuras y los silencios son história. La repercusión que a todos los niveles alcanza la Esperanza de Triana no tiene ya parangón. Con la única Coronación Pontificia que dentro del mundo de las Cofradías sevillanas se ha visto en esta ciudad, con la medalla de la ciudad concedida y con la Hermandad superando los diez mil hermanos y a punto de cumplir seis siglos de história, ¿piensan que nos importa saber quién hizo a nuestra Esperanza?.
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Versos de Manolo Garrido al Señor de las Tres Caídas


"Si por amor has cargado
esa cruz que te ha vencido
y tres veces has caído
bajo su peso aplastado,
mirame desarbolado
y a la deriva, Señor.
Marcame el rumbo mejor,
¡oh! Divino Marinero,
que es más liviano el madero
si se lleva con amor"
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El Arte tiene nombre propio: Triana


Triana es cuna del flamenco más profundo, porque lo dice su historia a través del tiempo. También lo ha sido de otros menesteres, como del toreo, de cuyas entrañas Triana ha dado lo mejor que se ha visto en el mundo. Y son en estas dos artes donde ha de estar presente, entre otros lógicos dones, la virtud de la gracia.
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La gracia no se hace, no se aprende, tampoco se enseña, porque por más que se quisiera enseñar sería imposible inventarla o implantarla en quien no la tiene. Con la gracia se nace y en la sangre se lleva, de la misma manera que otras virtudes, pero no esperen aprender lo que no se imparte ni se despacha. ¿Y cómo le explicamos esto a alguien?. Porque, por muchos esfuerzos que queramos ponerle, si la sensibilidad del receptor que cualquiera tuviera delante no alcanza para tanto, es labor complicada.

La gracia se percibe en el aire salado que se respira en la calle Betis, por ejemplo. No me pregunten por qué, pero no es lo mismo el aire que corre por el Paseo de Colón que el que corre por la calle Betis, porque mientras en el Paseo de Colón todo se confunde con el tráfico, en la calle Betis el aire huele casi a mar.
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Además, la gracia es como una especie de duende que adopta y encarna en cualquier sitio y surge en el instante menos esperado. Sí, porque tiene el don de la sorpresa, y por ello, la capacidad de emocionar. La gracia consiste en combinar, por ejemplo, el arte del toreo y del flamenco con el toque de una corneta a compás del costalero. Y de esto se imparten clases en la calle Pureza...
Al paso hay que darle el temple perfecto de una gran faena en el albero de la Maestranza; y hay que darle el pellizco de una soleá del Zurraque; y hay que darle la emoción que se merece, y la garra que te encandila, y la fuerza que te levanta, y el poderío del arranque, y la decisión de los tres pasos, y el mimo del andar sobre los pies, y la valentía del izquierdo por delante, ese andar costalero de Triana, que desde ayer, de hoy y de siempre, hace llorar a Sevilla cada Madrugada de Viernes Santo. Porque si a los toreros que han salido a hombros por la Puerta Grande de la Maestranza, son llevados hasta Triana sin poner un pie en el suelo, cuando el Señor de las Tres Caídas toma la embocadura de Sierpes es como si saliese a hombros por la puerta grande de nuestra Semana Santa... No hay mejor faena, no hay mejor chicotá...

Triana es como una copla de Marifé, donde se funden la gracia y el señorío. La gracia es como la Cucaña sobre el río, porque nunca un barco de menos graduación pudo tener nunca más gracia. Y la gracia es la quintaesencia de Triana, porque sin la gracia que ella tiene, Triana no sería la misma. Por eso, cuando el Señor de las Tres Caídas asoma por la Campana, la Campana se convierte en faena torera de la mejor escuela trianera y en quejío flamenco de los mejores rincones de la Cava: en el aire, las cornetas blancas de Triana; en el corazón, el pellizco costalero; en las púpilas, la dulzura morena de mi Cristo de las Tres Caídas; en la negrura de la noche, el oro de un barco que navega por la Campana, convirtiendo la gracia en oleaje de emociones, mientras delante, en el mascarón de proa, para todos aquellos que no saben donde habita la gracia, el centurión romano se asoma a los guardabrisas y les señala el camino...
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Sí, la gracia, el Arte escrito con mayusculas, está en Triana. Por eso cuando Triana pasa por cualquier sitio, por cualquier lugar, se levantan los corazones y los sentidos sucumben ante tanto derroche. La fuerza con la que pasa Triana no tiene parangón. Y todo radica en el sitio donde se nace y en la sangre que corre por las venas. Afortunada o desgraciadamente, para bien o para mal, Triana quedó fuera de las murallas de la ciudad y a orillas del Guadalquivir. De sus aguas bebió, en sus aguas se miró, con sus aguas creció y en sus aguas contempló la vida y la muerte. Quizás ahí radique el misterio de la gracia... Haber nacido en Triana...

Versos al Señor de las Tres Caídas


"Bajo la Cruz verdadera
por tres veces has caído
igual que un hombre cualquiera
que con su cruz no pudiera
y su peso lo ha vencido.
Y Triana lo está esperando
que la alumbres con tu luz
para seguir caminando
sin que la hunda su cruz"
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(Manolo Garrido)
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Estampas de mi Barrio


Ya quisieran muchas ciudades de España contar con la historia y con los hijos ilustres que han nacido en Triana. Lo siento, ha sido un ataque de orgullo, pero no por ello deja de ser cierto. La calle Pureza es una de esas arterias que podrían resumir toda la grandeza de este barrio tantas veces manuseado e ignorado por algún que otro gobernante y por más de un "historiador" de pacotilla.
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Volviendo a esta sección de nuestro blog, hemos querido subir esta fotografía procedente de la fototeca universitaria hispalense en la que se recoge la fachada principal de la Casa de las Columnas, uno de los edificios con más história de la calle Pureza. Albergó a la antigua Universidad de Mareantes, con hospital, asilo y escuela para los numerosos integrantes de este gremio. Aunque el antecedente más antiguo parte del año 1555, no sería hasta los años 1561 y 1562 cuando se redactaron sus dobles ordenanzas: las que lesgilaban a sus miembros y sus diferentes funciones y las religiosas, que contemplaban el culto y el ejercicio de la caridad. Estas reglas fueron aprobadas el 22 de marzo de 1569. Lograron inaugurar su sede en 1573. En ella se enseñaban las artes de la navegación, se sanaban a los marineros enfermos y se cuidaba a los ancianos que tantas carreras de Indias escondían a sus espaldas. Fue este gremio quien en el año de 1608 fundaría a la Hermandad de nuestro Stmo. Cristo de las Tres Caídas en el Convento de las Mínimas.
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Cuando en 1704, la Universidad de Mareantes se estableció en el Palacio de San Telmo, el inmueble fue cedido a la orden de los clérigos menores. Aquí se mantuvieron hasta 1710, en que se marcharon y en su lugar se establecieron los franciscanos de San Juan de Aznalfarache, comunidad que acabaría en pleito con el gremio de mareantes al no cumplir los religiosos con las condiciones de arrendamiento. El gremio recuperó el edificio en 1767 y ante los problemas surgidos con la comunidad de franciscanos, optó por desprenderse de él. De esta forma, en el año 1780 es vendido el edificio al presbítero D. Fernando Narbona, quien reformaría el inmueble, como se puede apreciar en la fachada principal, por ejemplo, o en otras dependencias interiores del edificio.
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Con el paso del tiempo, la Casa de las Columnas, llamada así por las muchas que alberga dentro y por las dos grandes que sustentan el balcón de la fachada principal, el edificio se convertiría en una casa de vecinos más de la calle Pureza y Betis, hasta que fue adquirida por González Abreu, un caballero cubano de poderosa cartera y más sensible corazón, que, enamorado de nuestra ciudad, fue comprando inmuebles que estaban destinados al derribo y así logró salvar a más de uno, entre ellos, el Convento de los Remedios, en la Plaza de Cuba, precisamente. Posteriormente, en tiempos de la República, la Casa de las Columnas fue un importante centro de ejercicios políticos y en la actualidad alberga el Centro Cívico de Triana.
Si las columnas de la antigua Universidad de Mareantes hablasen de historia podríamos escribir incontables libros. De sus muchos integrantes nació el Vecino más antiguo de Triana: el Stmo. Cristo de las Tres Caídas, quien emulando al gremio que fundó su Hermandad, cruza las aguas del Guadalquivir cada Madrugada de Viernes Santo para enseñarle a Sevilla como se navega en Triana...

La Virgen de los azulejos







Dijeron entonces que la Virgen había salido de los azulejos antiguos y se había subido al paso. No en vano Ella es la Virgen de los ceramistas. Su rostro se enmarcó de oro y esmeraldas como en los tiempos de San Jacinto y añadió a su incomparable e inalcanzable belleza grandisimas dosis de nostalgia trianera. Era la Virgen de nuestros padres, la que venían a iluminar los barcos cuando cruzaba el Puente de Triana, la que Fernando mimaba de manera singular, la que tenía loquito a Triana y a media Sevilla. Las generaciones que nunca pudimos contemplarla así, y que solo la conocíamos por antiguas estampas, quedamos extasiados ante tanta hermosura y tanta majestad. Fue en la Madrugada del año 2008 y nunca lo olvidaremos.

Esperanza Soberana


Fotografía de nuestro archivo en el que aparece la Virgen de la Esperanza en su paso de palio exuberante de flores y de majestad como solo Ella sabe presentarse ante sus miles de devotos. La foto debe estar fechada entre 1985 y 1987, y nos llama la atención esa especie de gargantilla que se engarza al pecherín de la Virgen y de la que cuelga la réplica de la medalla de la ciudad. Del mismo modo se observan los bordados que penden de los respiraderos y que durante algunos años sacó la Virgen hasta que se volvió a recuperar su caracteristica flequería.

La Esperanza en las Misiones de 1965




A las cinco y media de la tarde del jueves 28 de enero de 1965 salía de su Capilla la Virgen de la Esperanza. Con manto de terciopelo verde liso y saya blanca, la Virgen era trasladada al centro misional que se le había asignado, y que no era otro que el Colegio de San José de Calasanz, en el barrio trianero del Tardón. Aquella misma tarde cruzaron el Puente y pasaron por la calle Pureza las Imagenes benditas del Stmo. Cristo de la Vera Cruz, cuyo centro misional habría de presidir en la calle Salado, y la Virgen del Valle, que lo haría en la Escuela de Péritos, de la zona de Los Remedios.

Las estampas que les mostramos recogen tres instantaneas de la Virgen de la Esperanza. La primera de ellas saliendo de su Capilla, a la que había vuelto tres años antes. La segunda es un plano cercano de la Virgen tal como fue ataviada para la ocasión, de manera sencilla, con la corona de Gabriel Medina estrenada en 1937 y con sus dos joyas más representativas: el puñal y el ancla prendido en su pecherín. No presentaba bordado alguno pero ni aún así decae su presencia de Reina absoluta, ni su empaque de embriagadora belleza. Y la tercera estampa muestra a la Virgen de la Esperanza en una de las aulas del Colegio San José de Calasanz, adecentada en la medida de lo posible para albergar uno de los centros misionales. A los pies de la Stma. Virgen fue colocado el sagrario y, junto a las andas, la mesa de altar donde habría de celebrarse el triduo pastoral. Sin duda, tres estampas para la historia.

La Esperanza en versos de Rafael Montesinos


ROMANCILLO DE LA ESPERANZA DE TRIANA
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"La Virgen duda,
llena de gracia,
si nazarena,
si sevillana"
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"Cirios tendidos,
túnicas blancas,
cien capirotes
sobre cien capas.
Ya por San Pablo
la Virgen pasa
(la Cruz de Guía
por la Campana)"
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"Si nazarena,
si sevillana"
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"Porque es ahora
Semana Santa,
bajo su palio
va por la plaza,
entre varales
de sueño y plata
(gritan y rezan,
rezan y cantan)"
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"Porque de Egipto
no se acordaba
y ahora se acuerda,
pasa callada,
entre sus dudas
inauguradas
(dudas de Niña
Virgen mimada)"
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"Si las Pirámides,
si la Giralda"
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"Por San Jacinto,
de madrugada,
lejos del Puente,
pasa callada
(hoy no se acuesta
nadie en Triana).
La Virgen duda
frente a su casa"
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"Si trianera,
si sevillana"
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La Infanta Dña. Luisa de Orleans con su Esperanza


Doña María Luisa de Orleáns y Orleáns, Infanta de España, nació en Cannes (Francia) en el año 1882 y en el año que cumplía sus 47 primaveras, en 1929, fue obsequiada con el regalo más hermoso que jamás puede recibir una persona: ser nombrada Camarera de Honor de Ntra. Sra. de la Esperanza de Triana. Del mismo modo, en 1945, coincidiendo con la boda de su hija, la Princesa Dña. Esperanza de Borbón y Orleáns, tuvo la deferencia de invitar a nuestra Hermandad a tan distinguido acontecimiento, asistiendo en su nombre nuestro entonces Hermano Mayor D. Francisco López Cantero.
Las dos fotografías que les mostramos pertenecen a la Función Principal de Instituto, al que acudió gentilmente Dña. Luisa de Orleáns, tal como puede contemplarse, en lugar privilegiado junto al altar de Ntra. Sra. de la Esperanza. Las fotografías deben corresponder al mismo año de 1945 o 1946. La Virgen aparece vestida con la saya de Ojeda (posteriormente pasada a tisú blanco y empleada en la Coronación) y luce la antigua corona de camarín, puesto que la antigua de salida, la de los azulejos, se encontraba en proceso de restauración.

Estampas de mi Barrio


Estampa del Puente. Del Puente de hierro más antiguo de España, el que tiene la suerte de tocar las dos orillas más entrañables del Guadalquivir y el que a veces quiso ser tragado por sus aguas pero que siempre salió airoso de los envites del río. Como refirió D. Ángel Vela, el Puente que se viste de lunares para saltar el río, el Puente que tiene nombre de reina pero que nadie lo nombra así, sino por el que le confiere personalidad propia que es el de Triana. Puente, que como describió Manolo Garrido, se alarga de Madrugada, porque no le gusta que salga su Esperanza...
La estampa es de principios del siglo XX. Observen los carros, el tranvía, la antigua barandilla del Puente, las naves del barranco, la antigua chimenea de la Compañía Sevillana de Electricidad y el aún inexistente edificio del reloj (esquina inferior izquierda) que luego se convertiría en el conocido Bar Faro.

Portada de nuestros boletines


Una hermosa estampa antigua del Stmo. Cristo de las Tres Caídas aparecía en la portada del Boletín de la Cuaresma de 2008, coincidiendo con el IV Centenario de la fundación de la Hermandad de las Tres Caídas.

La primera estampa conocida del Stmo. Cristo de las Tres Caídas


Si no es la más antigua fotografía conocida del Señor de las Tres Caídas, es una de ellas. Debe estar fechada entre 1891 y 1893, es decir, entre el estreno de la túnica bordada que aparece en la imagen, realizada por el taller de Ojeda (1891) y la restauración llevada a cabo por Gutiérrez Cano (1894), en la que sustituyó la melena de pelo natural que puede apreciarse en esta estampa, por la cabellera de madera policromada actual (a excepción del mechón de pelo que cae por la cara del Señor, que es obra de Álvarez Duarte). Particularmente apostaría a que la foto data del año del estreno de la túnica y que motivó la realización de esta toma. Observese la corona de espinas desmontable y la mano que se apoya en el suelo y cuyo perfil es inconfundible. Eran tiempos de reorganización en la Hermandad, tiempos en los que comenzó a salir en la Madrugada del Viernes Santo.

Una hipotesis sobre la autoría del Stmo. Cristo de las Tres Caídas


No se sabe ciertamente quien labró tan bellisima Efigie. Se le atribuye a Marcos Cabrera, escultor documentado en el último cuarto del siglo XVI y principios del XVII. Siempre se le hermanó con la venerada Imagen del Nazareno de Utrera, aunque quizás se asemeje más a la de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder, de Castilleja de la Cuesta.

Del mismo modo tenemos que apuntar un año que fue de vital importancia para la historia de la Hermandad: 1816. En este año se estrena la Capilla y, parece ser, que se realiza la Virgen de la Esperanza por Juan de Astorga. En esta época de reorganización de la Hermandad puede ser posible que el propio Astorga restaurase a la Imagen del Señor de las Tres Caídas. La belleza de su rostro y la dulzura que rebosa se acercan notablemente a las labores que este escultor lleva a cabo en todas sus imagenes. Sin embargo, no existen referencias documentales ni testimonios contemporaneos de que esto fuese así, aunque tampoco esto puede resultar una novedad, pues a lo largo de la historia de nuestras Cofradías no siempre hay testimonios de estos acontecimientos, bien por unas causas u otras.

No hay que olvidar que nuestro Cristo de las Tres Caídas llevó melena de pelo natural hasta finales del XIX en que Gutiérrez Cano labró su cabellera de madera policromada y esto también debió alterar au fisionomía original.

Y un dato sobre Marcos Cabrera: se le atribuye a este escultor el oficio de mareante, ya que en algunos documentos consta como capitán. Si esta hipotesis fuese cierta, pudiera ser probable que Marcos Cabrera fuese cercano o, incluso participara, en la fundación de la Hermandad de las Tres Caídas en 1608, ya que la misma fue fundada por el gremio de mareantes. ¿Pudo ser Marcos Cabrera, escultor y capitán marinero, el autor de la Imagen que habría de amparar y venerar a su propio gremio?. Lanzada queda la hipotesis.

Padre mío, Padre nuestro...


El Señor de las Tres Caídas encarna en su rostro todo cuanto aguardamos de Dios. Su estampa mantiene siempre viva nuestra fe, porque sus ojos son como un espejo donde renovamos nuestras fuerzas cada día. Como Padre, como Dios hecho Hombre, el Stmo. Cristo de las Tres Caídas es un verdadero nido de amor donde el tiempo se detiene sin mayores explicaciones. Su mirada es tan sumamente bondadosa y su semblante tan tiernamente dulce, que parece perdonarnos siempre que lo miramos y siempre que Él nos mira. Es todo cuánto esperamos de Dios: su amor, para nuestros defectos; su perdón, para nuestros errores; y su bondad en cada gesto que nos ofrece. Por eso, mi Dios se encarna en el Cristo de las Tres Caídas. Es la Imagen bendita que llena mi alma y es quien siempre me responde ante las adversidades de la vida. Él es el pilar indiscutible de mi fe, donde su mano me acaricia y me perdona, donde su mirada me hace comprender lo que a veces no llego a entender y donde sus labios me hablan sin siquiera pronunciar una palabra... Todo lo encuentro en Él, porque Él me lo entrega todo. La ternura de buen Padre, el amor de Dios entregado, la bondad del Corazón más puro, la sangre del sacrificio más obediente, el gesto de morir por los que ni siquiera lo merecen, la caída del que tropieza en el camino y la mano apoyada que se ha de levantar para enseñarnos la manera y el modo de continuar en la senda de nuestra existencia... Él y sólo Él, mi divino y humano Maestro, mi Señor de las Tres Caídas, Padre mío y Padre nuestro...

El Stmo. Cristo de las Tres Caídas en versos de José María Rubio.


"Por el suelo de Triana,
Cristo de las Tres Caídas,
con la mirada perdida,
tu oscura pena se arrastra.
¡quién fuera tu cirineo
en esa noche tan larga!.
"En mis hombros pecadores
llevaría la dura carga
de la cruz de mis pecados
por tus calles solitarias.
Mi fuerza sería tu fuerza,
mi espalda sería tu espalda,
mis dolores tus dolores
y mis labios tu Esperanza.
Tú irías, Señor, adelante,
y yo al paso de tus andas,
con tu cruz de puente a puente,
con tu cruz de Madrugada,
una noche sin caídas
tras las huellas de tus plantas.
Más si no puedo, Dios mío,
servirte en tan dura carga,
si han de besar tus rodillas
este suelo de Triana,
hazme piedra del camino
para tu mano apoyada,
y en la roca de mi vida,
sobre el barro de mi alma,
levantate Cristo mío,
sosteniéndote en mi espalda,
que si caes setenta veces,
setenta veces las andas
de tu cruz y tus dolores,
de tu eterna Madrugada,
serán tu amor y mi fuerza
para tu mano apoyada
en la piedra de mi vida
que es el barro de Triana"
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(Pregón de la Semana Santa sevillana de 1991)

Esa Avenida trianera...




Por la Avenida pasan todas las Cofradías de Sevilla. Algunas Hermandades pasan sin pena ni gloria porque dejaron todo su tiempo en la Campana, olvidando que el momento culmen que da sentido a la estación de penitencia es la visita a nuestra Santa Iglesia Catedral. Otras Hermandades si dan el verdadero valor que esto tiene y no hacen de su entrada en la Catedral una simple pasada a la carrera, más o menos sosa y deprisa. Así, como abonado que soy desde hace tiempo inmemorial en la dicha Avenida, muy cerquita de la Puerta de San Miguel, salvo las Cofradías de la Estrella y San Gonzalo, y los pasos de la Presentación al Pueblo, de San Benito, y el soberbio palio del Baratillo que hace de la Avenida una calle más de su barrio y ejecuta una impresionante chicotá de media hora que abarca desde el Banco de España hasta el interior de la Catedral a base de marchas procesionales encadenadas, otras Hermandades pasan bastante desapercibidas por allí, sin contar, evidentemente, las que procesionan en riguroso silencio.

Otra cosa es lo que hace la Esperanza de Triana. Porque si a la Campana le cuesta hacerle palmas a la Esperanza, la Avenida es trianera por los cuatro costaos. Cuando el Señor de las Tres Caídas cruza y la fuerza de sus cornetas levantan a la Avenida, Sevilla se rinde a sus plantas. El poderío que tiene este paso no está al alcance de otros. Podrán ser más bonitos, pero la fuerza de atracción y el fervor que levanta cuando pasa no lo tiene ninguno. Y es que la cara que tiene el Señor de las Tres Caídas, con esa guapura que le caracteriza, heredada como no podía ser de otra manera, de su Stma. Madre de la Esperanza, cautiva corazones en ambas orillas del Guadalquivir. Si a eso unimos el misterio que le acompaña, el arte de sus costaleros y la sinfonía de sus cornetas y tambores, el resultado es tremendamente singular.

Recuerdo aquellas Madrugadas de la década de los ochenta, en los que los retrasos que se acumulaban en la carrera oficial hacían a nuestra Hermandad pasar por la Avenida casi a carrera abierta y casi sin una marcha procesional al palio de nuestra Esperanza. Qué recuerdos... pero cómo le aplaudía la gente cuando su paso se paraba a mecerse y sus gladiolos votaban con la gracia que solo Ella tiene, pese a que solo los tambores acompañasen su compás... Pero los tiempos cambiaron, y la Hermandad pasa por la Avenida como solo ella sabe hacerlo: arrastrando corazones, piropos y palmas entregadas a la causa trianera. Después de haber visto a mi Hermandad más de treinta años consecutivos por la Avenida puedo decir que es la única Cofradía que hace subirse a todos sus abonados a las sillas. ¿El motivo?: contemplar ese singular encuentro que se produce cuando el Señor de las Tres Caídas cruza hacia la calle Almirantazgo y la Esperanza se dispone a entrar en la Catedral. Es un instante único y singular que no tiene precedentes ni parangón con ningún otro de la Semana Santa sevillana.

Triana y su Esperanza no tienen limites, pese a que otros quieren ponerselo. Puede contemplarse cada Madrugada cuando la Hermandad cruza el Puente y hace suya a Sevilla. La Avenida, esa que ni hemos citado su nombre porque no hace falta, es buena prueba de ello. Y ante realidades como estas, no hay nada que objetar.

La Esperanza en versos de Manolo Garrido

I
"A Triana has poblado
de bienaventuranza,
su andadura iluminas
con la luz de la gracia
y al calor de tu mano
te confía su casa"
II
"Cuando un viento de acero
rasga el velo del alma
y abate de los sueños
las torres y murallas,
la voz del Hijo amado
que habitó tus entrañas,
repite por tus labios
su levantate y anda
y en la calle Pureza
no muere la esperanza"
III
"Desde el niño pequeño
que aprende a decir guapa,
con el brillo en sus ojos
que presagia una lágrima
y anuncia que ya sabe
que Tú estás en Triana,
al anciano que evita
la que se le derrama
al año que Contigo
no irá en la Madrugada,
cuando mira la túnica
para nada planchada
y la abuela y la madre
y la niña que canta
la salve, sin apenas
entender las palabras"
IV
"Cada hogar, cada calle,
cada voz, cada alma,
del puente a los alfares,
toda, toda Triana,
sabemos desde siempre
que eres Tú quien nos guarda,
quien nos lleva seguros
por aguas de bonanza
por los mares que cruza
tu Nao Capitana,
porque todos sabemos
que eres nuestra Esperanza"