Vivir enamorado...

¿Quién no recuerda el primer amor?...¿Quién no se acuerda del primer enamoramiento de su vida, del primer pellizco en el pecho, del primer beso?. El amor es un estado de embriaguez absoluta plasmada en sentimientos idealizados hacia la otra persona. Nos invade la mente, el pensamiento y hasta las venas nos duelen si cabe. Nos desprendemos de nosotros mismos y nos damos a la otra persona en cuerpo y alma. Es un suspiro, un deseo, un anhelo... Eso es el amor y eso es estar enamorado. Luego el tiempo va colocando las cosas en su sitio y, apiadandose de nosotros, nos deja respirar en medio de tanta tortuosa pasión. El paso de los días unido a otros factores como la costumbre, la monotonía, la madurez o la edad hacen que el amor quede aletargado en nuestro corazón y todas las cosas se vivan mucho más tranquilas. Es entonces cuando se suele decir que se pasa del estar enamorado al querer... Que cada cual lo tome como quiera.
Sin embargo, hay amores eternos que no se pueden razonar. Eso pasa con la Esperanza de Triana. Ella siempre nos mantiene sumergidos en un enamoramiento constante, con todo lo que eso significa. Nunca nos llegamos a acostumbrar a su belleza, cada día es como una nueva conquista de nuestros corazones que siempre gana Ella por goleada. Como decía el padre Cué "más bonita cada día" , porque aunque la han visto decenas y decenas de generaciones, cada día que pasa parece ser el primero y siempre que la miramos sucumbimos ante su hermosura como niños primerizos en el amor. Y no se tratan de debilidades humanas sino de realidades incontestables: cada rasgo de su rostro, cada gesto de su cara, su tez morena inalcanzable, sus ojos negros maravillosos, su mirada profunda como los mares... ¿quién no claudica ante Ella?...
Si a nuestros amores le regalabamos flores, Ella lleva más que nadie cuando sale a la calle. En cada flor un piropo, una oración, una alabanza, y en medio de todas, la Esperanza... Ay el amor... ¿Quién pudiera entender sus razones?... No la busquen y mirenla a los ojos... Comprensible vivir enamorado, ¿verdad?...






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