Cuestión de flores...


La clase, la majestuosidad o el señorío no van reñido nunca con la gracia. El ejemplo más claro: la Esperanza. Y quien piense lo contrario se equivoca, porque Sevilla en sí tiene perfiles señoriales y, a la vez, es cuna de la gracia.
En la Esperanza se funden ambas virtudes. El señorío y la majestad lo pone la Virgen, la Esperanza, porque es tal su presencia, es tan arrolladora su estampa, que es capaz de llenarlo todo, absolutamente todo, con su divino rostro, con su infinita belleza.
Y la gracia... El misterio de la gracia lo lleva Ella en la sangre de nacimiento porque es Trianera como nadie, y decir Triana es decir cuna del arte. Y ya sabemos que el arte y la gracia van cogidas de la mano.
La Esperanza lleva la gracia fruncida en cada encaje, en cada pliegue del manto, en cada vaivén de sus bambalinas, en cada chicotá de sus costaleros, en cada perfil de su orfebrería, que hasta los ángeles se cuelgan de sus candelabros para mecerse y entre tanto tintineo acaban dulcemente dormidos en el nido de sus respiraderos...
La Esperanza lleva inscrita la gracia en cada bordado de su saya, en cada perla de su rostro, en cada brillo de sus mejillas, en el resplandor dorado de su corona y en el perfume de sus flores...
Ay las flores... No hay ningún paso de palio en Sevilla que lleve más flores que la Esperanza. Ni más flores, ni más bonitas, porque para Ella se escogen las más bellas que se puedan encontrar en el mundo. Hemos visto su paso adornado con rosas blancas y rosas, gladiolos rosas y blancos, calas, liliums, orquideas, camelias, dendrobios y, por supuesto claveles, como no. Pero el clavel está cada vez más en decadencia, al menos en el momento que vivimos. Por eso, otras flores les están ganando la partida. Cierto es que tuvieron su periodo de esplendor, sobre todo al termino de la guerra civil, en la década de los 40 y 50, ya que era y es una flor económica y resistente. Por ello, al ser barata, bonita y fuerte, muchas Hermandades se decantaron por ella en épocas de crisis. En algunos pasos de palio han perdurado tanto que al final se han convertido en sello de los mismos y sus juntas de gobierno sienten cierto recelo o complejo a la hora de sustituirlos por otra flor más hermosa, más delicada y con más empaque. Sin embargo, en otros pasos de palio en que los claveles eran eternos si han sido desterrados en beneficio de otro tipo de flor. Creemos que afortunadamente.
En el ámbito de la flor hay tres pasos de palio que tienen sello único e inconfundible: la Esperanza de Triana, el Museo y la Virgen de la Concepción, del Silencio. Los dos primeros siempre han guardado una estetica floral distinta, rica, abundante en variedad y, sobre todo, personalísima. Hay quien critica al paso de la Esperanza por su sobrecargada estetica floral, y no es que Ella lleve muchas flores (que lleva las que tiene que llevar un paso de palio como el suyo, alegre, popular y de barrio) sino que el resto van excesivamente escuetos e incluso pobres de flores, tanto en variedad como en número.
La personalidad que la Esperanza tiene en todos los sentidos abarca también su estetica floral, evidentemente. No podía ser de otra manera. Sus frondosas esquinas de flores van describiendo la gracia del andar de su palio, por ejemplo. Y una Esperanza sin flores es como un cielo sin estrellas. Quien no lo quiera entender, que no lo entienda, que está en su derecho, pero la Esperanza de Triana es así, con sus flores a rebosar. Lo que no es coherente, permitanme, es que otras Dolorosas vayan de joyas, de bordados en oro y de tres mil cosas más recargadas hasta la saciedad y luego se le pongan en la delantera del palio 4 claveles por jarra... Para algunas cosas muy excesivos y para otras muy escrupulosos... No cuadra. O que una Virgen de barrio, alegre y popular, piensen la que quieran, lleve las mismas flores que la Virgen del Calvario, que va en silencio y con palio de cajón... No cuadra.
Gracias a Dios y a Triana, la Esperanza siempre será la misma, porque su personalidad es tan sumamente arrolladora que con Ella no pueden las modas ni lo que dicten fantasmagóricos personajes que se creen los amos y señores de la Semana Santa y de sus corrientes aliadas. Dentro de estas corrientes se tacha despectivamente al paso de palio de nuestra Esperanza como "jardín botánico" y no se dan cuenta de que esto es un piropo. El gran problema de la incultura. En un jardín botánico se dan cita una enormidad de selectos vegetales, plantas y flores que no se encuentran en cualquier sitio y que requieren unas atenciones especiales de cuidado. En ellos se estudia y se investigan especies de todo el mundo. Jardines botánicos fueron mandado construir incluso por reyes, como el de Madrid, creado por Fernando VI en 1755, lo que viene a reflejar la relevancia que tienen en la ciencia y en la cultura de un país estos esplendidos espacios verdes. Es por ello que nuestra Reina, la Esperanza, también cuenta con su propio jardín, también cuenta con su propio vergel, el que le prepara Triana en su paso para que Ella se pasee por Sevilla entre clamores, mientras que otros pasos de palio se tienen que conformar con claveles a 5 euros la docena...
Las flores en la Esperanza juegan también un papel simbólico. La explosión devocional que Ella levanta desde que sale de su Capilla queda fielmente reflejada en esa otra explosión de flores que es su paso de palio. No hay moldes a los que la Esperanza esté sujeta. Ni fronteras que Ella no cruce. Sus flores hablan de valentía, de personalidad, de luminosidad, de amor y con ellas se rompen los esquemas que otros intentan imponer... Porque si a nuestros amores tradicionalmente siempre le hemos regalado flores, Ella, por amor, lleva más que nadie. Y Ella querida y amada es como ninguna. Y eso es también cuestión de flores...

No hay comentarios:

Publicar un comentario