La Triana marinera de ayer hoy y siempre



Hermosas estampas de las tres devociones marineras de este barrio, frente a frente. En la Capillita del Puente, la Virgen del Carmen y delante de Ella, el Señor de las Tres Caídas, cuya Hermandad fue fundada por marineros en el año 1608, pues la escuela de mareantes se encontraba en Triana, concretamente junto a Santa Ana, mucho antes de que fuese trasladada al Palacio de San Telmo. Y como no podía ser de otra manera, la Triana marinera no podía citarse en otro lugar que no fuese en las inmediaciones de las aguas del Guadalquivir. Y es que si Triana siempre fue "Guarda y collación de Sevilla", la Capillita del Carmen es como "Guarda y vigía de Triana", pues se asoma al río, cual faro a la mar.
Luego vendrá la Esperanza para terminar de ponerle al encuentro esa brisa y esa sal que solo la Divina Marinera de la calle Pureza sabe ponerle a las cosas. Si la Virgen del Carmen es la Protectora de los barcos que zarpan al oceano, la Esperanza es la fe que el marinero se lleva en el alma con objeto de regresar sano y salvo a puerto, tras sortear los peligros que puede deparar el mar. Por eso, en la mañana del Viernes Santo, los marineros que un día habitaron Triana, cuando se asomen desde el balcón del Cielo al Altozano y al Puente, llorarán de alegría viendo a sus tres devociones marineras junto al Guadalquivir encontrarse frente a frente. Porque aunque ya no lleguen hasta Triana los barcos que cada Madrugada iluminaban con sus focos el discurrir de la Cofradía por el Puente, desde el Cielo nunca le faltará la luz a su Esperanza y a su Hijo, ni pese a que Sevilla ande atemorizada por lluvias y tempestades, porque esos ángeles marineros del Cielo harán que sople el viento y no quede una sola nube que perturbe a su Esperanza.
La Triana marinera que vivió tiempo atrás en sus calles tiene en el Cielo su nido. No se ha ido nunca, porque quien gana el Cielo gana la eternidad. La misma que nosotros, aún mortales, encontraremos de la mano de nuestra Esperanza, tal como su bendito nombre nos sugiere: Esperanza; Esperanza para cuando haya de partir nuestro barco hasta el puerto eterno del Cielo, porque ni aún así deja de ser marinera Triana, como ayer, como hoy, como siempre, marcando el rumbo hacia a la Gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario