Con Sevilla en tu Corazón

Por unanimidad. Sin paliativos, sin peros, te fue concedida, Esperanza, la medalla que un cuarto de siglo antes te robaron de la noche a la mañana. Como dijo D. José María Rubio, a ti no te hacen falta flores para ser vereda, lumbre para ser la aurora, fuego para ser la hoguera, luna para ser la noche, noche para ser eterna...ni medallas para ser la Reina, pero era de justicia que la tuvieses, porque tu devoción no es de Triana unicamente, porque tu Esperanza se desborda más allá de tu barrio e inunda Sevilla entera, aunque algunos quieran negarlo. Se ha cumplido un anhelo, Madre nuestra, un sueño para todos tus hermanos y devotos, tiempo de reconocerte y de afirmarte en toda tu Realeza dentro de esta ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario